Lc 1, 8:25
Aconteció que ejerciendo Zacarías el sacerdocio delante de Dios según el orden de su clase, conforme a la costumbre del sacerdocio, le tocó en suerte ofrecer el incienso, entrando en el santuario del Señor. Y toda la multitud del pueblo estaba fuera orando a la hora del incienso. Y se le apareció un ángel del Señor puesto en pie a la derecha del altar del incienso. Y se turbó Zacarías al verle, y le sobrecogió temor. Pero el ángel le dijo: Zacarías, no temas; porque tu oración ha sido oída, y tu mujer Elisabet te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Juan. Y tendrás gozo y alegría, y muchos se regocijarán de su nacimiento; porque será grande delante de Dios. No beberá vino ni sidra, y será lleno del Espíritu Santo, aun desde el vientre de su madre. Y hará que muchos de los hijos de Israel se conviertan al Señor Dios de ellos. E irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto. Dijo Zacarías al ángel: ¿En qué conoceré esto? Porque yo soy viejo, y mi mujer es de edad avanzada. Respondiendo el ángel, le dijo: Yo soy Gabriel, que estoy delante de Dios; y he sido enviado a hablarte, y darte estas buenas nuevas. Y ahora quedarás mudo y no podrás hablar, hasta el día en que esto se haga, por cuanto no creíste mis palabras, las cuales se cumplirán a su tiempo. Y el pueblo estaba esperando a Zacarías, y se extrañaba de que él se demorase en el santuario. Pero cuando salió, no les podía hablar; y comprendieron que había visto visión en el santuario. Él les hablaba por señas, y permaneció mudo. Y cumplidos los días de su ministerio, se fue a su casa. Después de aquellos días concibió su mujer Isabel, y se recluyó en casa por cinco meses, diciendo: Así ha hecho conmigo el Señor en los días en que se dignó quitar mi afrenta entre los hombres.
Reflexión.
SS. el Papa Francisco, ha declarado el 2021 el Año de San José, y que mejor que hacer un ejercicio a imitación de San José, de ponerte en manos de Dios ciegamente, soltando tus comodidades, para dejar que el sea quien te guíe y te conduzca al camino de la libertad. Te sugiero al terminar tu reflexión reces las letanías a San José, para que, acompañado de él, veas como a lo largo de estos 30 días, Dios va transformándote y va llevándote hacia un camino en el que tu puedas descubrir tus capacidades y tu potencial, pero por encima de todo, discernir si los anhelos que hay en tu corazón son auténticos, ya que, de serlo, puedes tener la seguridad de que Él es el primero en querer verlos realizados.
En este primer día, veremos a Zacarías, esposo de Isabel y padre de Juan el Bautista. Él al igual que su esposa, anhelaron toda su vida tener descendencia. Siendo hombre fiel a Dios, oró para que se llevara a cabo y a pesar de ser un hombre anciano, nunca abandonó su anhelo de paternidad ni dejó de ser hombre fiel en el servicio a Dios.
Si hoy estás empezando esos ejercicios, es porque probablemente haya muchos temas en tu vida que aun no están resueltos. Vivimos tiempos difíciles y el panorama puede parecer nada alentador.
No olvides poner si puedes en una lista por escrito, todos aquellos anhelos que tienes, esos sueños que de niño alguna vez estuvieron ahí presentes, y que hoy los ves lejanos o crees que no tienes la capacidad de realizar. Una vez que la tengas, entrégalos a Dios, platícalos con Él, y déjalo actuar.
A veces, Dios habla en nuestro interior para que avancemos y los llevemos a cabo, pero nos sobrecoge el miedo como sucedió a Zacarías. Durante estos ejercicios creerás que estás siendo esclavo de las instrucciones al no poder tomar, no poder ver redes sociales, al tener que ejercitarte o rezar diario. Pero si dejas a Dios actuar, en realidad te darás cuenta que lo que está haciendo, es alejarte del ruido que provoca el mundo, el querer ser aceptado, el usar tus redes sociales, es liberarte de la ansiedad de buscar tener seguidores, alcanzar más likes o ser tendencia, te librará de todo aquello que te distrae de alcanzar esos anhelos que en algún momento pensaste habían desaparecido, pero que en realidad estaban ahí y no estabas escuchando.
¿Dudas de alcanzar esta libertad? ¿Dudas que Dios pueda obrar para que logres ser exitoso? ¿Dudas que Dios pueda sanar todo aquello que llevas cargando durante años? No te preocupes, Zacarías también dudó, y lo hicieron muchos más en las escrituras, empezando por los apóstoles al ver a un Jesús crucificado, lo hicieron Moisés, David, Abraham, Isaías, y muchos más, pero te puedo decir que al final, a ninguno de ellos Dios lo dejó morir, sin ver sus promesas realizadas así que ánimo, no estás solo, tienes a un grupo de personas orando por ti y acompañándote en estos ejercicios, tienes un equipo de hermanos peleando esta batalla hombro a hombro, pero sobre todo, Dios camina a tu lado.